Centrados en el paciente, centrados en el paciente, centrados en el paciente es un mensaje que aparece en la gran mayoría de visiones de las compañías farmacéuticas. Pero, ¿es realmente la industria pharma patient centric?
Muchas, sino la mayoría, de las compañías farmacéuticas han puesto al paciente en el centro de su visión y misión, un hecho corroborado ya en 2016 por una encuesta, del grupo Aurora Project, a más de 2.346 ejecutivos de compañías farmacéuticas. En ella, un 86% de los encuestados confirmaba la importancia de desarrollar actividades centradas en los pacientes.
Sin embargo, llevar a la realidad esta misión ha sido siempre un desafío y sólo un 21% de los encuestados anteriores declaraban verse capaces de poder desarrollar realmente esa misión centrada en el paciente.
Solo un 21% de los encuestados anteriores declaraban verse capaces de poder desarrollar realmente esa misión centrada en el paciente.
En otra encuesta elaborada por EyeforPharma, el 92% de los encuestados reconocía que una estrategia centrada en el paciente a largo plazo, no era únicamente beneficioso para ellos sino también para el desarrollo del negocio. Aunque, sin embargo, volvemos a ver que sólo un 42% reconoce medir estos esfuerzos o incluso tener entre sus objetivos anuales alguna actividad relacionada con el paciente.
Por ello debemos preguntarnos si además de unas bonitas palabras, ¿esto se está traduciendo en una realidad? Es cierto que cada vez más, podemos comprobar que mucha de las grandes compañías farmacéuticas desarrollan programas y actividades para los pacientes y muchos de los nuevos lanzamientos de fármacos van acompañados de programas de soporte o soluciones «beyond the pill».
Pero estas actividades y estrategias ¿tienen realmente al paciente en el centro? ¿cuentan con los propios pacientes para su desarrollo? o incluso ¿la estrategia a largo plazo piensa en incluir al paciente en cada una de las etapas de desarrollo y lanzamiento de un fármaco?
Al lanzar este blog, ya rondaba por mi cabeza esta idea de colaboración entre los diferentes stakeholders para conseguir de una vez por todas, que la misión de ser una compañía centrada en el paciente fuera algo más que un lema y se convirtiera en una realidad. Ha pasado más de un año y he conocido muy buenas iniciativas. Pero aún falta mucho para llegar a ese punto de realidad.
Empecemos por lo que significa realmente «centrados en el paciente» y, como me expresaba una paciente hace tiempo, es muy simple: «centrados en el paciente, significa poner las necesidades del paciente en el corazón de cómo una compañía trabaja así como gestiona su negocio«. De acuerdo, suena muy utópico, lo sé. Pero vamos a intentar llevarlo a un terreno más real.
«Centrados en el paciente, significa poner las necesidades del paciente en el corazón de cómo una compañía trabaja así como gestiona su negocio«
El inicio siempre por algo básico, el compromiso con el paciente empieza implicando al paciente en los servicios y el trabajo de las compañías farmacéuticas. Es posible claro, pero no ideal, tener una cosa sin la otra. Y voy a poner un ejemplo claro, hoy por hoy ¿es lógico lanzar un programa de soporte a pacientes sin haber contado con los pacientes? Pues pasa. Y muchas veces que se implica a pacientes en el desarrollo se hace desde una perspectiva global, sin tener en cuenta que la realidad de los pacientes cambia por completo en función del país, del sistema sanitario hasta incluso del entorno en el que viven.
Se olvida rápidamente que aunque, aquí en Europa, no podemos promocionar nuestros productos al paciente (olvidamos que ellos son nuestro «cliente final») sí que podemos colaborar y ser punto de conexión entre pacientes, profesionales sanitarios y otros stakeholders. Pero así como es una realidad desde hace años contar con los médicos y demás stakeholders, olvidamos uno fundamental que es el paciente. Y conectar e involucrar al paciente puede hacer mucho más relevante de cara a todo el mundo nuestro trabajo.
Nos quejamos continuamente de la injusta reputación que tiene gran parte de la industria farmacéutica pero, ¿hemos pensado en algún momento lo que podría suponer para esta reputación poner a los pacientes realmente en el centro de nuestras actividades?
¿Mejorar la reputación de una parte de la industria farmacéutica no es mucho mejor hacerlo a través de la colaboración real con el paciente que con grandes y pomposas campañas? Share on XLas posibilidades abarcan cada una de las etapas de desarrollo de un fármaco, pero también debemos considerar cada uno de los servicios que queremos ofrecer con ese fármaco. Porque no olvidemos que cada vez es más importante no sólo el producto, fármaco, en sí mismo sino también el valor que podemos ofrecer con ello para un paciente. Lo que lleva tiempo llamándose servicios beyond the pill«. Y los servicios han de diseñarse y desarrollarse pensando en cada una de las etapas del mismo con el usuario final en el centro, el paciente. Desde el mismo diseño de los ensayos clínicos, sobre esto he escuchado alguna iniciativa de lo más interesante donde se cuenta con asociaciones de pacientes de todo el mundo para incluso las primeras etapas de estos ensayos, hasta las actividades de post-marketing como pueden ser iniciativas de educación o sensibilización sobre la patología.
Y este es otro punto importante ya que siempre que las compañías farmacéuticas desarrollan programas de educación, información o sensibilización sobre patologías se cuenta con grandes nombres del área profesional y reconocidos médicos. Pero apenas he podido leer o escuchar al otro punto de vista fundamental que es el del paciente. Ellos también son esenciales para el desarrollo de este tipo de información que se nos pide constantemente como fuente fiable. Pero obviamos, en gran medida, una de las formas más potentes de conseguir esa involucración y compromiso con el paciente como es dejarles contar su historia. El gran poder de las historias.
No olvidemos el gran poder de las historias. Y no hay historia más poderosa que la de un paciente sobre su enfermedad y el valor que le aportamos.
Para terminar, quiero resaltar 3 puntos importantes que debemos tener en cuenta para que esta relación sea ética, exitosa y de valor.
- Es una relación simbiótica en la que ambas partes son beneficiadas. No olvidemos que no somos el único eje de una ecuación sino que hay dos partes, y los pacientes quieren ser tomados en cuenta y sentirse parte importante de todo el desarrollo, tanto por ellos mismo como por la comunidad a la que pertenecen. Preguntemos y contemos siempre con ellos. Asegurémonos que viven una experiencia positiva.
- La transparencia es fundamental. Como en cualquier buena iniciativa de colaboración la transparencia y la comunicación entre ambas partes es del todo crucial para el buen desarrollo de la misma. Establecer protocolos adecuados, canales de comunicación eficientes y rápidos, así como el acceso a la información van a marcar como se desarrollarán las acciones y si serán llegarán a buen término.
- Compliance no es un obstáculo. Ya, ya sé que cada uno tiene una realidad muy diferente llegados a este punto. Pero puedo afirmar desde mi experiencia que involucrar a compliance en cada una de las etapas desde el inicio, y no sólo en la presentación final para contar con su aprobación puede hacer que todo ese halo negativo desaparezca. Debemos trabajar con compliance, conseguir que se cambie de una cultura de aprobación final a una cultura completamente diferente de habilitadores de los procesos. Deben ayudarnos a hacerlo transparente, justo, legal y colaborativo.
Para estos puntos entraré con más detalle en próximos posts a través del prisma del diseño de servicios centrados en el usuario. Pero por ahora creo que aquí ya tenemos una base desde la cual podemos empezar a trabajar.
¿Estás dispuesto a ello? ¿lo debatimos? No dejes de comentar tu punto de vista aquí o en las redes…
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